Escenografía para la ópera, de Schinkel, para el estreno
en Berlín en el año 1815, con La Reina de la Noche
Cosa curiosa, cosa curiosa.
Este ha sido el año Mozart y no pasa semana que no vea cartel, concierto, anuncio de película en tv o programa de televisión sobre su prodigiosa vida. A mí en lo personal me ha llamado la atención su relación con los masones. Y no es para menos, sobre todo cuando te das cuenta de qué personas notables han estado en su legión (aunque los cristianos no les envidiarían, por cierto). Umberto Eco hace mención de ellos en el Péndulo de Foucault y le deja a uno la sensación de que la misión del mundo está escrita con “m” de masón… hablo en tono cuasi sarcástico, por supuesto.
El caso es que entré a una páginas de masonería mexicana (porque, según ellos, el destino de mi país se ha esbozado desde sus logias) y parece que está difícil acceder a esos niveles espirituales. Te piden algunas cosas que yo no tengo –sobre todo dinero– y sólo me queda especular a partir de los pequeños indicios que veo.
Pero no me desvío. Decía que me llama la atención la vida de Mozart y su relación con los masones. Además, su muerte no deja de ser una cautivante historia de suspenso. Se comenta que el Réquiem mozartiano le causaba cierto desvanecimiento emocional, en parte también por la sensibilización religiosa que había adquirido en la logia y por sus problemas económicos. Además, mientras escribía su Réquiem elaboraba a la par de la Flauta Mágica, y no es para menos que ella tenga muchas referencias masónicas. En fin, esta mi cuestión especulativa sobre los masones y Mozart es de ahondar en futuras lecturas. Mi primera aproximación –real– con Mozart fue con la Flauta Mágica. El Ave Verum, El Réquiem y algunas otras obras ya eran de mi conocimiento, pero con Die Zauber Flöte supe lo que era Mozart, en verdad lo supe. Ahora veo su obra conjunta y al propio autor de manera distinta.
Este ha sido el año Mozart y no pasa semana que no vea cartel, concierto, anuncio de película en tv o programa de televisión sobre su prodigiosa vida. A mí en lo personal me ha llamado la atención su relación con los masones. Y no es para menos, sobre todo cuando te das cuenta de qué personas notables han estado en su legión (aunque los cristianos no les envidiarían, por cierto). Umberto Eco hace mención de ellos en el Péndulo de Foucault y le deja a uno la sensación de que la misión del mundo está escrita con “m” de masón… hablo en tono cuasi sarcástico, por supuesto.
El caso es que entré a una páginas de masonería mexicana (porque, según ellos, el destino de mi país se ha esbozado desde sus logias) y parece que está difícil acceder a esos niveles espirituales. Te piden algunas cosas que yo no tengo –sobre todo dinero– y sólo me queda especular a partir de los pequeños indicios que veo.
Pero no me desvío. Decía que me llama la atención la vida de Mozart y su relación con los masones. Además, su muerte no deja de ser una cautivante historia de suspenso. Se comenta que el Réquiem mozartiano le causaba cierto desvanecimiento emocional, en parte también por la sensibilización religiosa que había adquirido en la logia y por sus problemas económicos. Además, mientras escribía su Réquiem elaboraba a la par de la Flauta Mágica, y no es para menos que ella tenga muchas referencias masónicas. En fin, esta mi cuestión especulativa sobre los masones y Mozart es de ahondar en futuras lecturas. Mi primera aproximación –real– con Mozart fue con la Flauta Mágica. El Ave Verum, El Réquiem y algunas otras obras ya eran de mi conocimiento, pero con Die Zauber Flöte supe lo que era Mozart, en verdad lo supe. Ahora veo su obra conjunta y al propio autor de manera distinta.
El fin de semana que pasó vi la representación de la Flauta Mágica, no del todo bien representada, pero es de notable manufactura la obra. Dejo aquí el vínculo para el libreto completo de Die Zauber Flöte, además de una pieza musical (Der Holle Rache) que pueden bajar aquí.
Y en estos vínculos de YouTube se encuentran dos videos, ambos sorprendentemente interpretados por Diana Damrau