jueves, noviembre 23, 2006

Mozart

Escenografía para la ópera, de Schinkel, para el estreno
en Berlín en el año 1815, con La Reina de la Noche


Cosa curiosa, cosa curiosa.

Este ha sido el año Mozart y no pasa semana que no vea cartel, concierto, anuncio de película en tv o programa de televisión sobre su prodigiosa vida. A mí en lo personal me ha llamado la atención su relación con los masones. Y no es para menos, sobre todo cuando te das cuenta de qué personas notables han estado en su legión (aunque los cristianos no les envidiarían, por cierto). Umberto Eco hace mención de ellos en el Péndulo de Foucault y le deja a uno la sensación de que la misión del mundo está escrita con “m” de masón… hablo en tono cuasi sarcástico, por supuesto.

El caso es que entré a una páginas de masonería mexicana (porque, según ellos, el destino de mi país se ha esbozado desde sus logias) y parece que está difícil acceder a esos niveles espirituales. Te piden algunas cosas que yo no tengo –sobre todo dinero– y sólo me queda especular a partir de los pequeños indicios que veo.

Pero no me desvío. Decía que me llama la atención la vida de Mozart y su relación con los masones. Además, su muerte no deja de ser una cautivante historia de suspenso. Se comenta que el Réquiem mozartiano le causaba cierto desvanecimiento emocional, en parte también por la sensibilización religiosa que había adquirido en la logia y por sus problemas económicos. Además, mientras escribía su Réquiem elaboraba a la par de la Flauta Mágica, y no es para menos que ella tenga muchas referencias masónicas. En fin, esta mi cuestión especulativa sobre los masones y Mozart es de ahondar en futuras lecturas. Mi primera aproximación –real– con Mozart fue con la Flauta Mágica. El Ave Verum, El Réquiem y algunas otras obras ya eran de mi conocimiento, pero con Die Zauber Flöte supe lo que era Mozart, en verdad lo supe. Ahora veo su obra conjunta y al propio autor de manera distinta.


El fin de semana que pasó vi la representación de la Flauta Mágica, no del todo bien representada, pero es de notable manufactura la obra. Dejo aquí el vínculo para el libreto completo de Die Zauber Flöte, además de una pieza musical (Der Holle Rache) que pueden bajar aquí.
Y en estos vínculos de YouTube se encuentran dos videos, ambos sorprendentemente interpretados por Diana Damrau

miércoles, noviembre 22, 2006

Estadísticas

Es de llamar la atención es el tipo de personas volátiles que llegan a mi blog. En su mayoría llegan por la etiqueta de "Kevin Carter" en Google. Otros más llegan por la traducción de Un bel di vedremo de Madam Butterfly. Unos últimos llegan a través de páginas francesas en cuyo buscador está indicado con la palabra vouyerismos. Éstas últimas llegan y prácticamente se van, la desnudez intelectual no es importante, ni las palabras son tan cautivantes como la imagen. Fuera de estas visitas, mi blog es casi un silencio solitario de panteón o algo así. Salvo Polaf, mi incondicional compañera de viaje, este espacio es casi un paraje bendecido por el tránsito efímero.

Creo que esto tiene algo de bueno. Un blog, me parece, que tiene muchas visitas termina siendo esclavo de sus aficionados y, creo, el autor deja de escribir para sí. Se vuelve un blog comercial, que vende cosas, palabras, ideas. Que vende y busca retener espectadores como las compañías de telemarketing o como los escaparates comerciales. No es lo que busco ni lo que he buscado. Hay gustos exclusivos y exclusivistas. Prefiero a los curiosos que no regresan...

En fin, y sólo por travesura viperina, coloco casi ad infinitum, lo que sigue, sólo para molestar a los amantes de los buscadores:
Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter, Kevin Carter,Kevin Carter,Kevin Carter, Kevin Carter.
Y, claro, no falta un poco de…
Un bel di vedremo, Un bel di vedremo, Un bel di vedremo, Un bel di vedremo, Un bel di vedremo, Un bel di vedremo, Un bel di vedremo,Un bel di vedremo,Un bel di vedremo,Un bel di vedremo.
Y por último:
Vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos, vouyerismos.

miércoles, noviembre 15, 2006

Zadok the Priest

Uno de mis grandes placeres es el canto. El sábado pasado estuvimos en la Catedral de Cuernavaca. Dejo vestigio de tan acontecimiento pues para mí el canto es ya, en si, un gran acontecimiento. Dentro del repertorio de se presentó fue una de las que más me gusta: Zadok the Priest, de Händel.

En este vínculo puedes encontrar algunas interpretaciones que realizó la Coral Polífónoca Guijonesa.

Zadok the priest
and Nathan the prophet
anointed Salomon, king.
And all the people
Rejoiced.
En os dos cuadritos que están al final están dos fotos del vestigio manifestado. El coro Académico de la UNAM no se ve porque esta a espaldas de la orquesta de la Escuela Nacional de Música

lunes, noviembre 13, 2006

insula dulcamara


Una de las tristes pérdidas que he hallado a mi regreso es constatar que insula dulcamara desapareció.
Este cuadro, llamado Insula Dulcamara, realizado por Paul Klee, lo dejo en honor a uno de mis blogs de gran reconocimiento.
Saludos

viernes, noviembre 10, 2006

Urbe

El Distrito Federal es una ciudad de sumos contrastes. Caótica, desesperante, pero al mismo tiempo es, lo afirmo sin temor a equivocarme, la mejor de las ciudades.
Tal vez, por esta razón, he de aceptar que soy completamente citadino, desubicado y errado, pero citadino. Mi experiencia me ha confirmado que soy de esas personas que no pueden vivir más allá del asfalto, que sólo puedo transitar por alguna de las calles de provincia como simple turista, que estoy acostumbrado a las desventuradas comodidades que brinda una urbe como ésta, a pesar de las consecuencias que se pagan por ello: tráfico, manifestaciones que cierran avenidas, el infaltable estrés capitalino, horarios, regaños por retardos laborales y un largo etcétera que confirma que soy un fantasma citadino que tiene una inefable preferencia por el asfalto mundano de las cosas correctas.
Y esto lo digo por el sencillo hecho de que aquí es donde yo he crecido, a pesar de pertenecer como una pieza más dentro de este enorme engranaje urbano, y ser un prisionero de todo lo que no tengo.

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No tengo tiempo.
Rodrigo González

"Cabalgo sobre sueños innecesarios y rotos, prisionero iluso de esta selva cotidiana. Y como hoja seca que vaga en el viento, vuelo imaginario sobre historias de concreto. Navego en el mar de las cosas exactas, muy clavado en momentos de semánticas gastadas. Y cual si fuera una nube esculpida sobre el cielo, dibujo insatisfecho mis huellas en el invierno.

Ya que yo no tengo tiempo de cambiar mi vida. La maquina me ha vuelto una sombra borrosa. Y aunque soy la misma tuerca que han negado tus ojos, sé que aún tengo tiempo para atracar en buen puerto.

Camino automático, en una alfombra de estatuas, masticando en mi mente las verdades mas sabidas. Y como un lobo salvaje que ha perdido su camino, he llenado mis bolsillos con escombros del destino. Sabes que manejo implacable mi nave cibernética. Entre aquel laberinto de los planetas muertos. Y cual si fuera la espuma de un anuncio de cerveza, una marca me ha vendido ya la forma de mi cabeza."


Puedes bajar esta otra también: Vieja ciudad de hierro, del mismo Rodrigo González