viernes, marzo 10, 2006

Tributos

He llegado a pensar que mi único propósito en la red es conservar una lectura fiel de nuestros pensamientos.

A veces me he preguntado qué es lo que pasará al otro lado de mi pantalla. Qué será de tu vida, de tus propósitos, qué encargo funge tu pupila en mis palabras. Tengo la ardua y honrosa tarea de mantenerte en mi blog. Acaso a estas fechas te hayas vuelto la única persona que me lee, que me lee realmente, que repara en la coma y el acento de mi voz, que no omite la imagen ni el texto.

Este blog tendrá su razón de ser mientras siga embrujándote. Para mantener vivo mi deseo de escribir me basta que a alguien le parezcan importantes y necesarios estos mensajes peregrinos. Y si esa necesidad fenece, habrá silencios que se fundan con los míos, silencios que sean el espacio en blanco para tus lienzos llenos de carmín.