Cuenta Abad un sueño: yo sabía que soñaba y, entonces, quise volar y volé. Mientras volaba pensaba que soñaba y que para volar debía mantenerme concentrada, pero no me concentraba, así que me caí... en eso estaba cuando recordé a quien me obsesiona y quise aparecerlo... hice un gran esfuerzo pero no lo logré. Estaba el mundo entero (bueno, casi el mundo entero), pero él no estaba. Desperté triste.
De: Diario del inconsciente
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Aún sigo sin entender las despedidas no anunciadas.
3 comentarios:
Qué simple lo que escribió Abad. Simple no el sentido peyorativo, todo lo contrario. "Estaba el mundo entero, pero él no estaba". Nada podría expresar mejor la tristeza que esa frase, ¿no?.
Un abrazo Idou, tanto viaje me tenía medio perdida, más bien distraída. Siempre un gusto volver por acá.
Vuelvas o no a este polvoriento y deliberadamente abandonado recinto, a mí me da gusto constatar tu presencia. Sea allá, acá, en el aire, en los colores rojos.
Abad me ha ayudado a pensar sobre la tristeza.
Saludos
Un abrazo. Creo que a mí también.
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