A finales del siglo XIX, Benjamín Franklin Pinkerton, teniente de la marina norteamericana, llega a Nagasaki por cuestiones de negocios. Para hacer más llevadera confortable su estancia en ese lugar decide “rentar” una casa y contraer matrimonio «temporalmente» con una geisha bajo cláusulas altamente favorables para él: un contrato de “renta” a 999 años con la posibilidad de rescindirlo cada mes.
Quizá por capricho o enamoramiento, Pinkerton muestra interés y fascinación por una de ellas, Cio–Cio–San (Butterfly), una geisha de quince años que reside en el barrio de Omara y quien, dicho por Sharpless, cónsul de EEUU en Japón, tiene un corazón crédulo cuya voz «llega hasta el alma». Esto poco le importa a Pinkerton. Cierto que él también se percató de la apariencia de la geisha, leve y tenue como un globo de cristal, de su aspecto semejante al de una figura extraída de un biombo, cuyo fondo lacado y brillante «con un movimiento súbito destaca y revolotea como una mariposilla, y se posa con tal gracia silenciosa que siento un verdadero furor por alcanzarla, aunque ello me cueste quebrarle las alas»; pero el teniente no tiene más interés que el de algo temporal porque más adelante busca “casarse con una verdadera esposa americana”.
Butterfly quedó enamorada de Pinkerton desde el primer momento en que lo vio y en muestra de su entrega está dispuesta a renegar de sus costumbres, su familia y su religión con tal de estar con él: «Yo sigo mi destino, y llena de humildad me inclino ante el Dios del señor Pinkerton. Es mi destino. En la misma iglesia, arrodillada al lado de usted, le rezaré al mismo Dios. Y para que esté contento, tal vez consiga olvidar a mi gente.»
Pasado el tiempo Pinkerton regresa a Norteamérica y promete: “Oh, Butterfly, pequeña mujercita, volveré con las rosas en la estación serena en la que los pelirrojos hacen sus nidos.” El pelirrojo ha anidado tres veces, él no retorna,pero ella manytiene una apasionada espera. Suzuki, la criada de Cio–Cio–San, es quien está más convencida de que no regresará. Butterfly, indignada, hace que se calle y le reprocha su falta de fe. A continuación, Butterfly le muestra con admirable esperanza a Suzuki cómo sería el reencuentro con su esposo. "Un bel di vedremo" es, a mi juicio, una de las escenas más impactantes dentro de la opera por su alta calidad expresiva.
Lo que sucede en el resto de la obra es impactante y lo omitiré bajo la intención de que escuchen la opera y/o consulten el libreto (bilingüe). La traducción al correspondiente fragmento está más abajo.
A continuación tres versiones de la misma obra: La que se inserta en el link corresponde a la versión de Maria Callas (recomendable abrir en otra ventana). Coloco dos versiones más, ahora en el RadioBlog. En una de ellas desconozco el nombre de la soprano y la segunda corresponde a la versión de Renata Tebaldi.
Quizá por capricho o enamoramiento, Pinkerton muestra interés y fascinación por una de ellas, Cio–Cio–San (Butterfly), una geisha de quince años que reside en el barrio de Omara y quien, dicho por Sharpless, cónsul de EEUU en Japón, tiene un corazón crédulo cuya voz «llega hasta el alma». Esto poco le importa a Pinkerton. Cierto que él también se percató de la apariencia de la geisha, leve y tenue como un globo de cristal, de su aspecto semejante al de una figura extraída de un biombo, cuyo fondo lacado y brillante «con un movimiento súbito destaca y revolotea como una mariposilla, y se posa con tal gracia silenciosa que siento un verdadero furor por alcanzarla, aunque ello me cueste quebrarle las alas»; pero el teniente no tiene más interés que el de algo temporal porque más adelante busca “casarse con una verdadera esposa americana”.
Butterfly quedó enamorada de Pinkerton desde el primer momento en que lo vio y en muestra de su entrega está dispuesta a renegar de sus costumbres, su familia y su religión con tal de estar con él: «Yo sigo mi destino, y llena de humildad me inclino ante el Dios del señor Pinkerton. Es mi destino. En la misma iglesia, arrodillada al lado de usted, le rezaré al mismo Dios. Y para que esté contento, tal vez consiga olvidar a mi gente.»
Pasado el tiempo Pinkerton regresa a Norteamérica y promete: “Oh, Butterfly, pequeña mujercita, volveré con las rosas en la estación serena en la que los pelirrojos hacen sus nidos.” El pelirrojo ha anidado tres veces, él no retorna,pero ella manytiene una apasionada espera. Suzuki, la criada de Cio–Cio–San, es quien está más convencida de que no regresará. Butterfly, indignada, hace que se calle y le reprocha su falta de fe. A continuación, Butterfly le muestra con admirable esperanza a Suzuki cómo sería el reencuentro con su esposo. "Un bel di vedremo" es, a mi juicio, una de las escenas más impactantes dentro de la opera por su alta calidad expresiva.
Lo que sucede en el resto de la obra es impactante y lo omitiré bajo la intención de que escuchen la opera y/o consulten el libreto (bilingüe). La traducción al correspondiente fragmento está más abajo.
A continuación tres versiones de la misma obra: La que se inserta en el link corresponde a la versión de Maria Callas (recomendable abrir en otra ventana). Coloco dos versiones más, ahora en el RadioBlog. En una de ellas desconozco el nombre de la soprano y la segunda corresponde a la versión de Renata Tebaldi.
_________________________________
Un bel di vedremo
Giacomo Puccini
BUTTERFLY (sorpresa) Piangi? Perché? perché? Ah, la fede ti manca... (fiduciosa e sorridente) Senti.
(Fa la scena come si realmente vi assistesse e si avvicina poco a poco allo shosi del fondo)
Un bel dì, vedremo levarsi un fil di fumo dall'estremo confin del mare. E poi la nave appare. Poi la nave bianca entra nel porto, romba il suo saluto.
Vedi? È venuto! Io non gli scendo incontro. Io no. Mi metto là sul ciglio del colle e aspetto, e aspetto gran tempo e non mi pesa, la lunga attesa.
E uscito dalla folla cittadina un uomo, un picciol punto s'avvia per la collina. Chi sarà? chi sarà? E come sarà giunto che dirà? che dirà? Chiamerà Butterfly dalla lontana. Io senza dar risposta me ne starò nascosta un po' per celia... e un po' per non morire al primo incontro, ed egli alquanto in pena chiamerà, chiamerà: "piccina mogliettina olezzo di verbena", i nomi che mi dava al suo venire.
(a Suzuki)
Tutto questo avverrà, te lo prometto. Tienti la tua paura, io con sicura fede l'aspetto.
(Butterfly e Suzuki si abbracciano commosse Butterfly congeda Suzuki, che esce dall'uscio di sinistra, e la segue mestamente collo sguardo. [...])
______________________________
Traducción:
BUTTERFLY: (sorprendida) ¿Lloras? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡Ah, te falta fe...! (Confiada y sonriente) ¡Escucha!
(Representa la escena del retorno de su marido como si estuviera teniendo lugar.)
Un hermoso día veremos alzarse un hilo de humo en el horizonte. Y entonces aparecerá la nave. Luego, esa nave blanca entrara en el puerto, atronando con su saludo. ¿Lo ves? ¡Ya ha llegado! Yo no bajo a encontrarme con él.
Me pongo allí, en lo alto de la colina, y espero, espero largo tiempo y no me pesa la larga espera. Y saliendo de entre la multitud un hombre, un punto pequeño se destaca por la colina. ¿Quién será? Y cuando llegue, ¿qué dirá?, ¿qué dirá? Llamará a Butterfly desde lejos. Y yo, sin dar respuesta, estaré allí escondida, un poco para inquietarlo, y un poco para no morir al primer encuentro, y él, con alguna inquietud, llamará, llamara: "Pequeña mujercita, olor de verbena", los nombres que me daba cuando volvía a casa.
(a Suzuki)
Todo esto ocurrirá, te lo aseguro. Guárdate tu miedo, yo con firmeza le espero.
(Butterfly despide a Suzuki y la mira tristemente mientras se aleja y sale por la puerta de la izquierda. […])
BUTTERFLY (sorpresa) Piangi? Perché? perché? Ah, la fede ti manca... (fiduciosa e sorridente) Senti.
(Fa la scena come si realmente vi assistesse e si avvicina poco a poco allo shosi del fondo)
Un bel dì, vedremo levarsi un fil di fumo dall'estremo confin del mare. E poi la nave appare. Poi la nave bianca entra nel porto, romba il suo saluto.
Vedi? È venuto! Io non gli scendo incontro. Io no. Mi metto là sul ciglio del colle e aspetto, e aspetto gran tempo e non mi pesa, la lunga attesa.
E uscito dalla folla cittadina un uomo, un picciol punto s'avvia per la collina. Chi sarà? chi sarà? E come sarà giunto che dirà? che dirà? Chiamerà Butterfly dalla lontana. Io senza dar risposta me ne starò nascosta un po' per celia... e un po' per non morire al primo incontro, ed egli alquanto in pena chiamerà, chiamerà: "piccina mogliettina olezzo di verbena", i nomi che mi dava al suo venire.
(a Suzuki)
Tutto questo avverrà, te lo prometto. Tienti la tua paura, io con sicura fede l'aspetto.
(Butterfly e Suzuki si abbracciano commosse Butterfly congeda Suzuki, che esce dall'uscio di sinistra, e la segue mestamente collo sguardo. [...])
______________________________
Traducción:
BUTTERFLY: (sorprendida) ¿Lloras? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡Ah, te falta fe...! (Confiada y sonriente) ¡Escucha!
(Representa la escena del retorno de su marido como si estuviera teniendo lugar.)
Un hermoso día veremos alzarse un hilo de humo en el horizonte. Y entonces aparecerá la nave. Luego, esa nave blanca entrara en el puerto, atronando con su saludo. ¿Lo ves? ¡Ya ha llegado! Yo no bajo a encontrarme con él.
Me pongo allí, en lo alto de la colina, y espero, espero largo tiempo y no me pesa la larga espera. Y saliendo de entre la multitud un hombre, un punto pequeño se destaca por la colina. ¿Quién será? Y cuando llegue, ¿qué dirá?, ¿qué dirá? Llamará a Butterfly desde lejos. Y yo, sin dar respuesta, estaré allí escondida, un poco para inquietarlo, y un poco para no morir al primer encuentro, y él, con alguna inquietud, llamará, llamara: "Pequeña mujercita, olor de verbena", los nombres que me daba cuando volvía a casa.
(a Suzuki)
Todo esto ocurrirá, te lo aseguro. Guárdate tu miedo, yo con firmeza le espero.
(Butterfly despide a Suzuki y la mira tristemente mientras se aleja y sale por la puerta de la izquierda. […])
Otra más