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Mi estancia en el blog pasa oscilando entre la actividad y la pasividad. Cuando no escribo, leo y cuando me aburro de leer, escribo. Esto me ha llevado a constatar que a veces repaso más estos blogs que tengo agregados como favoritos en mi Barra de Explorador, aunque no coinciden necesariamente con los que aparecen al constado de mi blog. Ayer que los repasé me dio por pensar esto.

A2 : [comunicar mata y, sin embargo, es la única forma de sobrevivir*] Lector y escritor crítico. Leerlo, por alguna razón, me hace recordar a Borges. Tal vez porque también gusta adentrarse a los vericuetos de la razón, transitar su laberintos, señalar las paradojas de la comunicación, del laconismo.
Apostillas literarias: Revista literaria de autor. No sabía qué era una apostilla. Sonaba como astilla y eso, en un primer momento, se me hizo una excelente imagen sobre la crítica, pero me dejó un poco abatido saber que eran comentarios al calce, comprometidos excursus a una obra. Indudablemente, referencia de lo que no quiero hacer. Blog atractivo, con vínculos interesantes, aunque no sé, algo que no me agrada es el halo de sacralidad que se le confiere al libro y a la lectura.
Con la mejor intención: De Raydigon. Algo que me deja consternado son las despedidas. Son como una pequeña muerte…
Defecito.com: Revista cultural.
Efimerías: De diminui. Realmente lo leo ocasionalmente. Cuando lo puse en mis favoritos fue por esa necesidad de colocar a alguien importante, y eso de que ella pertenece al staff de Blogueratura como que le confería a ella, ahí sí justificado, un halo de sacralidad. Pero ahora se ha hecho del tipo de blogs que uno conserva por el no-se-qué.
Enigmatario: Blog del YO (así, en mayúsculas). Realmente no lo leo, sólo lo coloco para que se siga manteniéndose en el Top Five, en los más rankeados.
Esto que llamo mi vida: Los silencios en la red son como un vértigo existencial, definitivo.
Exordium: Escritor ágil y lector de Heiner Müller.
Gracias, no: Un gran personaje. Me provoca una grata sonrisa ese delicado tono de mujer tirana que tiene.
Las Historias: De Alberto Chimal. A mi gusto, este blog-revista-taller es la primera versión de Caza de Letras. Aquí entre nos, siempre he tenido la impresión de que Chimal es de aquellos escritores que le dicta a su secretaria lo que debe aparecer en su blog. Ese es, justo, el problema de algunos escritores. Digo, ojalá no sea cierto.
nor del terror dice: Este blog, para sorpresa mía, es uno de mis entrañables. Es la clara muestra de que una bitácora también puede mostrar el transcurso de una persona. Definitivamente, Nor escribe sus memorias desde la posteridad.
El mentado blog: De Silvia Castro, publicista o mercadóloga. Su blog lo encontré por no sé que extraña casualidad. Es uno de mis favoritos y uno de mis referentes. Supongo que ella mencionaba tener un hijo para que los chavos no se le acercaran, pero ahora ha colocado una linda foto que, me parece, busca intentar atraer más público. Estrategia mercadotécnica. Claro, queda la posibilidad de que sea así de guapa. Para el caso, belleza e inteligencia sí llegan a darse juntas entonces. Digo, hasta podría decire que todavía es humana.
¡ Mayo todo el año !: Artículos de relevancia local (y algunos no tanto).
Erdrick Gounier: Otra de las que el blog constatan su evolución de su pensamiento. De gran carisma y voz de mezzosoprano. Son de las que terminaría tropezándome si me la encuentro al otro lado de la calle, lo siento.
La Lejana Urganda: Me sorprendió encontrarte y me conmueve tu deseo de respirar nuevos olores y ver de nuevo las estrellas. No dejo de admirarte.
Polaf: Quería llegar a tu nombre, escribirlo, es como si todo este trayecto estuviera planeado para encontrar tu nombre y escribirlo con letras rojas, como si todo esto fuera un pretexto para regalarme tu nombre de letras rojas.
Desde Japón: Giancarlo, estudiante peruano que radica en Japón, nos hace un interesante tour por esa lugar lejano u cuasiexótico a momentos. Lo que me incomoda es su incondicional admiración a ellos. Pero, eso sí, me ha dado la inquietud de retratar mi país y saber encontrar su lado exótico.

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