Leo tu último post, hago click en el link y mis ojos constatan la ausencia, vuelvo a la imagen buscando señas de algo que nunca alcance a conocer y pienso en el momento en el que decida sacar mi blog, en cuales serán las razones de entonces y comienzo a escuchar el piano, adorable, todo es tan sutil por acá.
Uno medianamente puede aceptar un blog abandonado o dejados en la ausencia del olvido; pero me deja en un señalado mutismo un blog que se extingue. Es como ahogarlo en el oscuro limbo de la nada. Sofocado de su palabra, aniquilado.
En el abandono de un blog esta, al menos, la promesa de que algún día podría ser retomado, que algún día el blog pudiera continuarse en los comentarios de sus lectores venideros. Pero su supresión lo deja a uno, a mí al menos, consternado. Será porque aún no he podido desprenderme de lo que no es mío, como todo lo que hay en este mundo.
Pero es que a veces es tan fácil caer en la tentación de lo permanente…
2 comentarios:
Leo tu último post, hago click en el link y mis ojos constatan la ausencia, vuelvo a la imagen buscando señas de algo que nunca alcance a conocer y pienso en el momento en el que decida sacar mi blog, en cuales serán las razones de entonces y comienzo a escuchar el piano, adorable, todo es tan sutil por acá.
Uno medianamente puede aceptar un blog abandonado o dejados en la ausencia del olvido; pero me deja en un señalado mutismo un blog que se extingue. Es como ahogarlo en el oscuro limbo de la nada. Sofocado de su palabra, aniquilado.
En el abandono de un blog esta, al menos, la promesa de que algún día podría ser retomado, que algún día el blog pudiera continuarse en los comentarios de sus lectores venideros. Pero su supresión lo deja a uno, a mí al menos, consternado. Será porque aún no he podido desprenderme de lo que no es mío, como todo lo que hay en este mundo.
Pero es que a veces es tan fácil caer en la tentación de lo permanente…
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