«Un par de años antes [a los cuatro] me contaste un sueño que habías tenido. ¿A que tampoco te cuerdas? Estabas en un campo muy oscuro, como de noche, y soplaba un viento terrible: Te agarrabas a los árboles, a las piedras, pero el huracán te arrastraba sin remedio, igual que la niña de El Mago de Oz. Cuando ibas zarandeando por el aire hacia lo desconocido, oíste mi voz (“yo no te veía, pero sabía que eras tú”, precisaste) diciendo: “¡Ten confianza! ¡Ten confianza!”»
Savater, Ética para Amador
Dice Aristóteles que Dios es al hombre como el padre al hijo, y tal vez haya algo de cierto. Savater escribió estas palabras a su hijo Amador y yo, por mi parte, no dejo de decírmelas a mí mismo cuando me encuentro frente a los demonios de mi propia infancia.
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7 comentarios:
Un excelente disfraz, da hasta miedo.
Veo que te gustó mi post-it.
Saludos.
N.B. Bueno, quizá Aristóteles no hubiera llegado a tal afirmación que yo he manifestado. El Dios aristotélico no es el Dios cristiano, entre otras cosas porque el Dios cristiano es muy posterior al referido por Aristóteles. No entraré en detalles por el momento, sólo quería consignar el hecho.
Hola. Mil gracias por todas tus palabras. Me encanta leerte.
Salu2.
ya se me hacía raro que tu padre fuera n chango...
Finalmente la foto de tu niñez...
Me gusta el cuento, hay mucha sabiduría en esas últimas palabras y no sé porque me recuerda la esperanzada espera de Butterfly.
Saludos,
Realmente tengo otras fotos que son menos evasivas que esta. Ya las colocaré en su momento.
Saludos.
1981. Yo aún no existía.
Un saludo, Sr., es usted muy extrañable.
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